Blanco Carmesí

Isaías 1:18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

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Existe un blanco imperceptible, desconocido e insensible a unos ojos que no han visto a Jesucristo en esplendor.
Es el blanco puro, limpio y transparente que se mezcla en los espectros para reflejar la luz.
Es un blanco vivo con olor y esencia a vida que se crea en carne muerta poniendo a cuenta al pecador.
Es un blanco que te pinta, que te ciega y encandila, para darte un nuevo día y un color a eternidad.
Es un blanco que se forma de lo negro del pecado y el precioso carmesí del redentor.
Es un blanco fino, elegante y refinado que se observa con el alma y te tiñe el corazón.

Porque nunca al combinar colores, el negro y rojo formaran un blanco perfecto.

Porque nunca lo sucio lavado en sangre podrá ser bello.
Pero en ti mi alma obscura fue emblanquecida y la suciedad de mi espíritu desvanecida.

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Un nuevo color hoy ven mis ojos… Un blanco carmesí que me ilumina...